Masaia había caído en la multitud desde el cadalso. No era imposible de evitar el pánico en la gente que se desesperaba para alejarse del muerto y del horrible escenario que se había convertido. Xenón y Geo no podían creer lo que había pasado, su líder habá muerto. Ahora, la multitud, histérica, se estaba dispersando en una estampida incontrolable. Xenón y Geo debían organizar las tropas ahora para calmar a los ciudadanos. En el momento Xenón, alarmado, le exclamó a Geo:
X: ¡Maldita sea! ¡¿de dónde mierda vinieron esas flechas?!