Prólogo parte 3: En la búsqueda.
Masaia había caído en la multitud desde el cadalso. No era imposible de evitar el pánico en la gente que se desesperaba para alejarse del muerto y del horrible escenario que se había convertido. Xenón y Geo no podían creer lo que había pasado, su líder habá muerto. Ahora, la multitud, histérica, se estaba dispersando en una estampida incontrolable. Xenón y Geo debían organizar las tropas ahora para calmar a los ciudadanos. En el momento Xenón, alarmado, le exclamó a Geo:
X: ¡Maldita sea! ¡¿de dónde mierda vinieron esas flechas?!
Fue en ese entonces que Geo recordó la dirección y trayectoria de origen de las flechas ya que había notado que todas salieron de un sólo lugar.
G: ¡No hay ninguna torre en los alrededores!
X: ¡¿Qué quieres decir con eso?!
G: ¡Qué la única torre de esta ciudad está el templo de Skcielo y es a más de 600 pies de aquí!
X: ¿Cómo?
G: Te lo digo y tiene lógica por que es justamente donde vienen.
Xenón, se puso realmente serio ante la situación.
X: ¿600? Esto no pinta bien... ¡Soldados, reagrupación! ¡Una parte se quedará aquí y ustedes seis vienen conmigo!
G: Hermano, ¿Qué vas a hacer?
X: ¿Recuerdas esos asesinos que contrataste? Parece que no eran confiables después de todo. Sígueme, hay que apurarnos antes que desaparezcan.
Geo y Xenón corrieron con los seis soldados abriéndose paso a pie frente a la multitud de la periferia de la plaza principal. Geo preguntó:
G: ¿Cómo sabías que los había contratado si ni siquiera te he dicho de qué gremio de asesinos son?
X: Conozco cada agrupación de asesinos en esta gobernación, hermano. Hay un total de veintitrés gremios en toda la gobernación y sólo hay cinco de los más cercanos a Jétrel. Al parecer, por su método de asesinar a larga distancia, diría que es el gremio de Vientos Azules ya que son los mejores en su trabajo. ¿Cómo están vestidos?
G: Se los puede reconocer por usar un emblema de un águila azul como broche en su pecho.
El gigantesco templo de Skcielo, la diosa de la justicia, lo etéreo, las esencias y las cosas abstractas se encontraba frente a Xenón. La torre se encontraba unida a la estructura por lo que tendrían que revisar el edificio.
G: A este tiempo, no han podido salir del templo, los esperaremos aquí.
X: No debemos, debemos entrar.
G: La ley es la ley, al entrar a un templo debes hacerlo sin arm...
Sacó su espada y la tiró a un lado y se adentró al templo.
G: ¡Xenón! No puede ser. ¡Soldados, permanezcan aquí! ¡Xenón!
Xenón se había entrado al templo y no escuchó las palabras de Geo cuya advertencia habían sido ignoradas. Geo no entendía por qué se había ido.
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