30 de noviembre de 2013

Capítulo 1 Parte 6: Verdad (Crucia y Racus).

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25 de Hera, ciudad de Inae.

Crucia: ¿Nervioso?

Dijo Crucia mientras cabalgaban llegando a la ciudad Inae. Crucia y Racus eran escoltados por la guardia de Gerey, constituida por soldados veteranos y mercenarios pagados por Racus y sus líderes Decio y Oba. Eran un total de once.

Racus: Un poco... Eso creo... Han pasado diez años desde que fui a una de estas fiestas de nobles.
Crucia: Señ...
Crucia estaba a punto de dirigirse a Racus como a su señor cuando recordó el plan y preguntó:
Crucia: Querido tío, ¿Qué has hecho durante estos diez años encerrado? No me puedo imaginar cómo habrá sido tal situación.
Racus: Nunca tuve dificultades. Durante ese tiempo, tuve contactos externos que me informaban acerca de los que sucedía en el reino. Me traían informes detallados acerca de lo que pasaba en cada pueblo de cada gobernación. Hasta de noticias de las casas de Estrek y los rumores en torno a las desapariciones de los Gerey y las muertes de los Tritión.
...estaban adornando las calles para los festejos...

Crucia detuvo su caballo durante un momento y se quedó en seco. Preguntó:

Crucia: ¿Los Tritión?
Racus: Sí, durante el tiempo en el que estuve encerrado, supe de que han habido extrañas muertes. Accidentes que parecían haber producido por pura coincidencia o por alguien más. Desde que escuché las noticias de esos casos hasta hace unos meses, sabía desde ya que las casas familiares tenían algo que ver. Pero, como sucede en el caso de los Gerey y los Tritión no podemos comprobar quién ha llevado a cabo estas acciones.
Crucia: ¿Sobrevivió alguien de aquella casa?
Racus: Según algunos informantes, no quedaron sobrevivientes.

La mirada de Crucia fue una desolada tristeza al oír esto. Crucia, Racus y su guardia habían llegado a la ciudad de Inae, un pueblo de paso que obtuvo el título de ciudad por ser un nexo entre la gobernación del Estrek Oriental y Estrek. Los ciudadanos estaban adornando las calles para los festejos del aniversario de la fundación. Crucia y Racus entraron a una posada mientras que la guardia se quedó afuera patrullando. Entraron en la habitación que habían pedido. Era simple y desordenada.

Racus: Según las tradiciones de la fiesta, los invitados deben llegar al caer el sol en el oeste. Así que mientras esperaremos en esta posada.

Hubo un silencio. Racus, un tanto extrañado por la actitud de Crucia, preguntó:

Racus: ¿Había alguien importante allí? Es decir, ¿había un miembro que conoció de los Tirián?
Crucia: Sí. Hace mucho le hice una promesa a una persona cuando me fui de allí.
Racus: Es raro que no hayas sabido acerca de esos sucesos.
Crucia: Supe poco. Durante mis años de servicio a los Tritión, fui escolta de los hijos de los nobles junto con las madres nodrizas. Allí conocí una niña solitaria. Sus padres eran los líderes de la casa Tritión. De alguna forma u otra, ella y yo formamos un vínculo especial. Sin embargo, al pasar dos años, me relevaron de mi cargo y fui llevada a servir a la casa Real. Antes de eso, hice un juramento con aquella niña de que, cuando sea libre, volvería. Pero al parecer no podré cumplir aquel juramento.
Racus: Es una lástima porque la descendencia de la casa Tritión pereció por una extraña enfermedad hace cinco años.
Crucia: Jamás supe más de los Tritión ni de las otras casas después de entrar en la guardia de la familia real. Sí, ella no tenía posibilidades de vivir.

~o~

El sol se ubicaba en el oeste listo para atardecer y dar nacimiento a la noche en Inae. Fue entonces cuando Racus y Crucia salieron de la posada, tomaron sus caballos junto con la guardia y cabalgaron dirigiéndose al palacio de los Hertz, una de las casas más ricas de Estrek. Strorria, líder de la casa familiar, era el anfitrión. Al llegar los caballos de Racus, Crucia y la guardia, fueron recibidos por los sirvientes. Aun así, fueron vistos por otros nobles extrañados debido a que ellos usaban carruajes y no caballos. Los sirvientes, como siempre, prohibieron la entrada de la guardia Gerey al lugar por no tener sangre de nobleza. Crucia y Racus entraron al palacio y fueron anunciados por un criado, que parecía de un rango más superior al de los servidores, con estas palabras:

Criado: Presentamos al señor Racus Faraday y a su sobrina, Crucia Faraday, ambos de la casa Gerey.

Cuando entraron al salón, dos personas se acercaron a Crucia y a Racus.

Pinto: ¡Racus! ¡Amigo! ¡Ha pasado tiempo! Es increíble verte por aquí después de 10 largos años.
Racus: Sí, al final decidí salir de mi propio encierro.
Pinto: ¡Oh! ¿Y esta noble mujer es su sobrina? Perdone mis modales, soy el príncipe Pinto de la casa Real a su servicio, Tirie (significa mujer hermosa y dulce, se usa como un coqueteo entre los nobles). Y este señor-señalando a su acompañante-, es mi consejero, Teodoro Mil-Ay.

Pinto besó la mano de Crucia y Teodoro hizo una reverencia. Luego, el príncipe se dirigió a Racus.

Pinto: Vaya, Racus, la verdad te has perdido de mucho en esta década.
Racus: Me he estado informando acerca de todo pero siempre podemos hablar-sonríe-. Y, ¿cómo anda mi pequeño sobrino segundo que todavía está buscando pareja? Ja, ja, ja.
Pinto: Deja de llamarme así-sonríe-. Para mí el amor es un mero placer pasajero, algo... terrenal. Lo que a mí me fascinaría es el conocimiento y la sabiduría que ofrece este mundo. Racus, quisiera hablar contigo en privado un momento. Teodoro, ve, eres libre por ahora-sonríe-.
Teodoro: Sí, señor.

Crucia se había quedado sola en ese momento. Para ella era estar entre desconocidos. Controló sus nervios y decidió subir las escaleras y salir a un balcón mientras esperaba a Racus. Sin embargo, antes de hacer esto, observó a los invitados uno a uno sospechando. Hasta que vio algo que la extrañó demasiado. Una joven de vestido color esmeralda que estaba sentada en una de las mesas. Decidió subir las escaleras después de esto.

~o~

Mientras tanto, Racus y Pinto estaban hablando en una habitación distante.
Racus: ¡¿Qué dices?! ¿Alguien planea matar a tu padre?
Pinto: Así es.
Racus: Oh, dios. Esto no puede estar pasando de nuevo. Los asesinatos a los Tritión, las desapariciones de los Gerey y ahora, ¿esto?
Pinto: La verdad es que en estos veinticinco o treinta años, algo ha estado pasando entre las casas. Teodoro me ha dicho que los cortesanos están en algo para sacar del trono a mi padre.
Racus: ¿Qué haremos entonces?
Pinto: No te preocupes, lo tengo bajo control. Yo y Teodoro hemos estado sospechando de los que podrían estar en esto.
Racus: No puedo simplemente hacer algo así. Quedarme de brazos cruzados y ver como ocurre otra masacre. ¡Ya he pasado 10 años así!
Pinto: ¡Racus, por Yielpo, el dios de los mares y miembro de La Grandiosa Trinidad; baja la voz. Confía en mí, lo tengo todo asegurado.
Racus: No me interesa, no me quedaré sin hacer nada. Haré mi parte aun en contra tuya-se va de la habitación-.
Pinto: Racus.
Racus: ¿Qué?
Pinto: Sé que esa mujer no es tu sobrina.
Racus: Sí, lo sé porque mis verdaderos sobrinos desaparecieron antes.
Pinto: No me di cuenta por eso. Sirvió a nuestra casa hace unos años. Ella me salvó la vida cuando era niño. Hace tiempo...
Racus: El atentado del año 189.
Pinto: Sí... No le diré a nadie acerca de esto. Pero te aseguro que tu vida peligra aquí. Tengo el presentimiento.
Racus: No, Pinto. No volveré a huir. Estoy harto de eso.

~o~

Crucia estaba en el balcón del palacio con sus brazos apoyados en los balaustres mirando el horizonte, cuando notó una presencia al lado de ella.

?: Debes saber que algo sucederá hoy.

Crucia giró su cabeza a su lado izquierdo, donde provenía la voz. Pero no encontró su origen.

Crucia: ¿Quién eres?
?: Sólo soy un observador desde las sombras, hermosa dama. Pero te advierto, se avecina algo esta noche. Algo desastroso ocurrirá y no podrás hacer nada para evitarlo. Muy pronto, nos encontraremos, hermosa dama.

La voz se apagó al decir estas palabras. Crucia decidió dirigirse dentro del palacio rápidamente para buscar a Racus. Para su sorpresa, ni bien llegó al piso principal, notó que desde una habitación salía la misma joven que había visto antes. No encontró a Pinto pero se encontró con Racus.

Crucia: Querido tío, ¿dónde estabas?
Racus: Estaba hablando con Pinto acerca de algo. Más tarde te lo explicaré.
Crucia: Tenemos que tener cuidado, tengo el presentimiento de que algo sucederá.
Teodoro: Señores...

Teodoro estaba empezando un discurso. A su lado estaba una mesa y sobre ella, había un cierto número de copas.

Teodoro: Señores, sean bienvenidos a esta reunión anual. Estarán pensando que debería estar el príncipe Pinto para realizar este discurso pero por ahora se encuentra ausentado por motivos personales...
Crucia: -susurrando a Racus-¿Ausentado?
Racus: -susurrando a Crucia-Esto es raro ¿Cómo puede hacer esto?
Teodoro: ...ahora para empezar la verdadera celebración, debemos llevar la tradición a cabo. Cada uno de los nobles tomará una copa de madera en esta mesa. Cuando todos tengamos una copa, la alzaremos en un brindis por un año más de vida y por La Trinidad.

Uno a uno, los nobles se llevaron las copas incluso, Racus y Crucia. Cuando quedó una sobre la mesa, Teodoro la alzó y dijo:

Teodoro: La Trinidad nos ha agradecido estos 197 años con estas tierras y nosotros, fieles a Ella, le hemos rendido tributo y le hemos dado nuestras oraciones. Eleven sus copas y brindemos por un nuevo aniversario de lo que ellos han logrado.

Los nobles elevaron sus copas y, durante unos momentos, las mantuvieron. Teodoro completó la tradición diciendo:
Teodoro: ¡Eternidad a La Trinidad!

Los nobles respondieron lo mismo y tomaron el vino de sus copas.

Teodoro: Ahora los festejos se reanudan. Pero antes, he recibido el pedido de una persona a presentarse aquí para decir unas palabras. Les presento a... Ria Tirián de la casa Tritión.

Crucia se quedó pálida al ver como una joven de cabellos castaños y ojos verdes y lucida de un vestido color esmeralda, avanzaba desde la multitud, hacia donde estaba Teodoro.

Algo estaba sucediendo...

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