7 de diciembre de 2013

Capítulo 1 Parte 7: Libertad (Ria).

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-No tomes de la copa, algo anda mal.

Dijo Racus a Crucia, quién se había dado cuenta de que estaba a punto de suceder. Ambos no bebieron. La joven caminó hacia donde se encontraba Teodoro. Sus manos estaban unidas entre sí a la altura de su cintura y su rostro transmitía una serenidad a cualquier persona. Agradeció a Teodoro por su presentación y comenzó a hablar de una forma calmada mirando individualmente a cada persona en la gran sala. Los nobles estaban intranquilos y Crucia lo había notado. Le preguntó a Racus:

Crucia: ¿Por qué de repente todos están nerviosos?
Racus: Ella... se pensaba que...

Racus estaba también sorprendido. La joven empezó su discurso.

Ría: Buenas noches, casas de Estrek. Espero que la hospitalidad de nuestro anfitrión, Strorria Dereck, haya sido de su agrado. Hace mucho, la casa Tritión asistía regularmente a estos eventos pero se nos presentaron algunas "complicaciones". Ahora, me encuentro frente a ustedes en esta fría noche de festejo y regocijo, quisiera, antes que nada, explicarles a los más jóvenes la historia de los Tritión y el porqué de su ausencia.
Un silencio incómodo ambientó el gran salón. Ria continuó.

Ría: Como habrán sabido, los Tritión fuimos una de las casas más ricas hace veinte años y le debemos este honor a aquellos miembros de nuestra familia como ajenos por habernos elevado a tal condición. Nosotros fuimos muy generosos con ustedes-sonríe-. Cuando comenzó la "Crisis de las Casas" en Estrek, año 178, nosotros ayudamos a sus mercados y propiedades en todo el reino entregándoles oro y mercancías en un precio menor con los beneficios de que se nos devolverían parte del capital con creces dentro de 5 años como condiciones. Jamás se nos fue devuelto aquellas ganancias y, cuando decidimos exigirles, ustedes negaron que los habíamos ayudado. La tensión entre las casas y los Tritión se tornó mucho peor cuando en 189, durante este festejo, en este mismo día, en este mismo palacio y a la cercana medianoche, se cometió un acto cruel y demencial que hasta hoy, muchos han negado. Hombres, mujeres y niños de la casa Tritión, fueron encerrados en una habitación y quemados vivos por mercenarios. Nunca se supo entonces quién fue el cabecilla responsable de tal masacre sin piedad. Los Tritión perdimos dominio y control sobre el reino mientras otras casas se apoderaron de lo que habíamos conseguido con el esfuerzo propio.

Ria dejó de hablar un momento y cambió su rostro y su actitud más agresiva.

Ría: Esa es la verdad que muchos de ustedes escondieron estos años a las futuras generaciones. Ahora, ellas saben la verdad. Quiero expresar un breve comunicado a aquellas casas que niegan la existencia de tal deuda y a las que nunca pagaron la misma.

Ria en medio de la incomodidad de la sala, sacó un pequeño pergamino, lo abrió y leyó en voz alta:

Ría: "En vista de las continuas negativas por parte de las casas al pago de la deuda adquirida en "La Crisis de las Casas", yo, Ria Tirián de la casa Tritión; eximo esta deuda de pagarse con oro, tributos y mercancías..."

Ria se detuvo un momento y miró a su alrededor. Luego, volvió a la lectura en voz alta.

Ría: "...A cambio, se la deberá pagar... con la muerte".

En el gran salón se le sucedió de la intranquilidad al pánico. Nadie comprendía a qué se refería esto y los pocos que sí, sabían que su final estaría sellado.

Ría: Nobles de Estrek, esta es la llamada, "Tritión-Desat"-sonríe-. Es una declaración jurada y una invitación a que todos ustedes cometan suicidio o sean asesinados con tal de pagar esta deuda. La muerte natural no está permitida en lo absoluto.

Strorria decidió intervenir.

Strorria: Ria, ¿Qué diantres te está pasando?
Ría: Nada, noble Strorria. Solo estoy cobrando una deuda. Ya saben lo que se dice en Guirldan: "Debes, pagas; no pagas, mueres o trabajas". Durante mucho tiempo, ellos no pagaron y es hora de cobrar. Oh, no se concentren en salir de la gran sala. Todas las puertas y ventanas han sido bloqueadas.

En ese momento, uno a uno, todos los nobles empezaron a sentirse enfermos. Unos tosieron de a poco y en menos de un minuto, vomitaron sangre. Algunos simplemente se desmayaron en el piso, pálidos. Otros, sintieron un dolor insoportable en la cabeza a tal punto que cayeron al suelo sin fuerzas. Unos pocos, empezaron a llorar sangre por los ojos. La escena era devastadora que parecía como si la misma Ria Tirián hubiera maldecido a todos en la sala. Uno a uno, los cuerpos sin vida de los nobles fueron cayendo en el suelo del gran salón. Desde una escena de felicidad, ahora, transformaba a una espeluznante y perturbadora. Strorria había sido uno de los primeros en morir y Teodoro fue uno de los últimos. Los únicos que quedaron de pie fueron Crucia y Racus. Ria sabía porque no habían muerto y sonrió de vuelta mostrando un rostro calmo.

Ría: Vaya, al final fueron muy inteligentes en no beber esas copas.
Crucia: ¡¿Qué has hecho?!
Ría: Mmm, envenenamiento. Cada copa tenía su debido castigo a cada noble. Es una pena, Racus Faraday...

Ria caminó sobre los cuerpos de los nobles. Su vestido color esmeralda se teñía de un rojizo por la sangre a su alrededor y avanzaba con calma hacia Racus mientras decía:
"...fueron muy inteligentes en no beber esas copas".

Ría: ...y Crucia Camelia
Crucia: ¿Cómo sabes mi verdadero nombre?
Ría: ¿Te acuerdas de mí?
C: No... No puede ser...

Crucia retrocedió unos pasos alejándose de ella.

Ría: Así es, Crucia ¿Todavía recuerdas... a aquella pequeña solitaria niña? Mírame ahora. Una mujer que busca la venganza de aquellos que no han sido vengados, una mujer que ahora está a punto de consumar su acto, una mujer más fuerte que antes, una mujer que acabará con aquellos que desprestigiaron a los Tritión. Una vez terminado esto, que Skylo, la diosa de la Justicia, me condene o me salve de mis pecados porque yo, no me arrepiento de nada. Es una pena que no hayan muerto de esa manera. Por suerte, siempre estoy preparada.

Ria sacó un puñal de su vestido y avanzó rápidamente hacia Racus. Este estaba en pánico, no tenía ningún arma consigo ni protección para evitar el ataque. Ria estaba a poca distancia de Él. Racus pensó, entonces, que ya no tenía escapatoria, que su vida terminaría esta noche. Cerró los ojos cuando el cuchillo de Ria estaba a punto de llegar a su cometido. Se oyó un grito de dolor. No era de Racus. Después, todo quedó en silencio. Racus abrió los ojos y vio que el arma de Ria había logrado su función pero que él, estaba ileso. Delante, estaba Crucia. Había recibido la puñalada en el torso en vez de Racus.

Ría: Ya veo, así que lo estás protegiendo. Mercenarios, ustedes nunca cambian. Sabes Crucia, no quisiera que interfirieras en mis asuntos, ¿quieres?

Ria sacó violentamente la daga y la volvió a clavar en la herida de Crucia, provocándole más dolor. Finalmente, la quitó de manera lenta y dolorosa y Crucia cayó inconsciente hacia adelante sangrando, dejando a Racus indefenso. Estaba asustado después de haber visto todo. Ria volvió a empuñar su cuchillo y se dirigió a Racus diciendo:

Ría: Ella era una de las mejores y más experimentadas mercenarias del reino y ahora, ¿falla por temerme? Bueno Racus, tú sigues. Aquel que traicionó a los Tritión todo este tiempo.

De repente, se oyó un zumbido de una flecha. Había llegado la guardia junto con algunos mercenarios contratados por nobles. La flecha había llegado a herir el hombro de Ria y esta empezó a gritar de dolor mientras corría hacia los pisos superiores. Parte de la guardia de Racus se quedó a atenderlo mientras que el resto siguió a Ria.

Racus recogió el cuerpo de Crucia.

Estaba muerta...

Racus derramó unas silenciosas lágrimas mientras miraba el rostro que cada vez era más pálido. La persona que había conocido se había ido, la persona que sacrificó su vida por él ahora ya no estaba. Crucia Camelia, había dejado de existir. Los mercenarios contratados por los nobles se retiraron por que ahora ya no se les pagaría por su trabajo. La guardia volvió con malas noticias: Ria había desaparecido... Oba y Decio trataron de llevarlo afuera pero él se resistió y les dijo que necesitaba tiempo.


Racus no podía hacer nada...



...el daño estaba hecho...


...y de él, nació una semilla de venganza...










...y para él, su vida a partir de ahí cambiaría.

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